El otro día mi amiga Carolina y yo caminábamos por
el bosque cerca de mi casa y vimos unas plantas con hojas verdes y moradas. Yo
estaba segura de que no eran flores pero se me hizo raro que las hojas no
fueran completamente verdes. Carolina, que estudió la carrera de biología y
sabe mucho del reino vegetal, comenzó a explicarme por qué ocurre esto. Todas
las plantas tienen diferentes cantidades de pigmentos dentro de sus tejidos.
Las clorofilas
Dentro del grupo de los pigmentos fotosintéticos se
encuentran las clorofilas, encargadas de captar la energía solar para
transformarla en energía química, es decir para alimento de la planta.
En la fotosíntesis, la luz del sol llega
directamente a la planta y las clorofilas absorben parte de su energía.
Cuando un haz de luz choca con las hojas de las
plantas, algunas ondas son absorbidas y otras son reflejadas. En el caso de las
hojas verdes que están llenas de clorofila, los colores que se absorben son los
rojos y azules, transmitiendo los demás colores cuya mezcla vemos en diversos
tonos de verde.
Los carotenoides
Existen otros pigmentos accesorios, los
carotenoides que capturan los colores que no son absorbidos por la clorofila y
protegen a las plantas de la luz excesiva disipándola. En suma, son los
responsables de que las hojas sean amarillas o anaranjadas.
Las antocianinas
También las plantas poseen antocianinas, unos
metabolitos secundarios que dan el color rosa, morado, púrpura, rojo y hasta
azul a las hojas. Por eso en el bosque vimos hojas rosa mexicano.Esta variedad de colores se debe a que existen tipos diferentes de antocianinas y a que además el color puede variar según el entorno químico en el que se encuentre.
Las antocianinas no tienen un papel directo en el crecimiento o alimentación de las plantas como las clorofilas o los carotenoides, pero pueden defenderlas de patógenos, causantes de alguna enfermedad o servir como repelentes de insectos.
Estos pigmentos son los mismos que determinan los colores a las flores, pero mientras que a ellas les sirven para atraer a los polinizadores, a las hojas les funciona para repelerlos, ya que algunos insectos comedores de hojas asocian colores diferentes al verde con toxinas.
Por eso las plantas retardan la coloración verde de sus hojas jóvenes, haciéndolas ver rojizas y protegiéndolas de los insectos que se las comen.
Resulta que cuando vemos hojas rojas en esta temporada, muy probablemente sean las antocianinas y no los carotenoides las que le dan ese color. Por si fuera poco, las antocianinas bloquean el sol cuando la radiación es muy intensa.
Mientras que las hojas verdes están mejor equipadas para disipar la energía con pigmentos accesorios como los carotenoides, las hojas que por sus cantidades importantes de antocianinas tienen otros colores, también están protegidas del exceso de luz por su capacidad antioxidante.
Para terminar, Carolina me dijo que así como hay diversas hojas con muchos y brillantes colores como las flores, sería posible que una flor fuera de color verde. Al contrario, mientras más observemos a las plantas nos daremos cuenta de toda la gama de colores que pueden tener y dejar atrás el mito de que las hojas solamente son verdes.
Fuente original: No todas las hojas son verdes. Adriana Elisa Espinosa y Carolina Ureta. Revista De Veras. Sección: Manos a la obra. Editada por la Dirección de Financiamiento, Divulgación y Difusión del Consejo Mexiquense de Ciencia y Tecnología (COMECYT), San Mateo Atenco, Estado de México. No.19, Abril-Junio de 2013, 4-5pp.
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