El oro o el platino se hallan entre los metales que en la naturaleza están en estado puro. Otros, por ejemplo el hierro, existen combinados con otros elementos químicos formando minerales como los óxidos, los sulfuros o los carbonatos. El mineral de hierro más común es la hematita, que es un óxido de hierro y representa el estado más estable de este elemento en la naturaleza. Para obtener hierro puro es necesario separarlo a partir de sus minerales; después puede combinarse con otros metales para formar aleaciones como el acero. Una vez que se obtiene el hierro puro o se produce el acero, éstos tienden a regresar a su estado natural: el óxido de hierro. A este fenómeno, que puede destruir la superficie del metal, se le llama corrosión y ocurre cuando el metal reacciona con un compuesto de ácido, agua y oxígeno.
La herrumbre, ese material café-rojizo que observamos, es una clara señal de que el hierro o el acero están en proceso de corrosión; ésta empieza a producirse cuando el oxígeno de la atmósfera oxida el hierro para formar óxido de hierro hidratado, haciendo que el metal pierda sus propiedades originales.
Para proteger a los metales de la corrosión, se les aplica una capa de pintura u otro metal (zinc, que es hierro galvanizado, o estaño), lo que reduce el contacto con la humedad y el oxígeno. Aquí se muestra cómo la herrumbre va cubriendo poco a poco las piezas metálicas. ¿Podrías predecir hacia dónde crecerán las manchas herrumbrosas?
Fuente original: Manchas herrumbrosas. Adriana Elisa Espinosa. Revista ¿Cómo ves? Sección: Página Central. Dirección General de Divulgación de la Ciencia, Universidad Nacional Autónoma de México, México D.F. Año 6 No. 68, Julio de 2004, 20p.
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